8. Resumen de la 2ª caminata o cuando Protección Civil (PC) nos metió el miedo en el cuerpo.
Resumen de la 2ª caminata o cuando Protección Civil (PC) nos metió el miedo en el cuerpo.
La mañana del día 1 de noviembre amaneció con el cielo gris, totalmente nuboso, desprendiéndose unas pequeñas y continuadas gotas de agua que hacían presagiar un día lluvioso.
Desde las 7,15 horas comenzaron a sonar los teléfonos, Paco preocupado llamaba a Antonio comunicándole que PC había declarado Alerta Roja en toda la isla y que se esperaban lluvias torrenciales, que se estimaban en unos 22 litros de agua por metro cuadrado, o dijo, por hectómetro cuadrado (creo que fue esto último dado el “éxito” de PC como se demostró posteriormente).
A eso de las 7,35 horas estaba en la parada de San Telmo el ínclito secretario Antonio y la Vicepresidenta Black Sugar (Dulce Negrín), que por cierto según dijo Antonio, ésta última al llegar al lugar no dio los buenos días, sino que solamente dijo medio balbuceando y casi dormida “no debía haber venido, anoche me acosté a las 2,30 horas a.m.” . a los pocos minutos llamó Javier el boliviano a Antonio, naturalmente siguiendo órdenes de Esther, para comprobar que estábamos en San Telmo y con la disculpa de la alerta roja de PC. Parece ser que Antonio le comunicó que cuando estuvieran todos se decidía si se suspendía o no la caminata. Javier tristemente le comunicó a Esther que tenía que levantarse de la cama aprisa para poder estar a las 8 horas en el lugar de partida.
A eso de las 7, 50 horas llegó Ernesto y mosqueado de ver solamente a 3 personas comentó que si la gente se había arrepentido. A las 7,52 llegó Paco un poco “acojonado” diciendo que había que cambiar la caminata para la zona sur o suspenderla. Pues no fue así, como siempre a eso de las 7,59 horas fueron apareciendo las personas caminantes sufridoras del día, todas muy alegres y con ganas de la aventura. Se me olvidaba decir que Rosa la herreña, comentaba que estuvo a punto de no venir por lo mismo. Naturalmente, cuando llegó el presidente Roque de más está decir que al preguntarle que hacemos, ya sabíamos la respuesta ¿qué problema hay?. Pues a las 8,25 horas, 25 adultos y adultas partimos hacia San Mateo a través de la guagua de AmandaBus que tuvimos que llamar por teléfono porque también había cogido miedo.
Se me olvidaba decir, que los compañeros Manolo Pinto y Fernando Saez se disculparon su no asistencia por problemas estomacales y de garganta enviando sendos sms al ínclito secretario. Entre nosotros, cogieron miedo y se quedaron en la cama. Otros, ni siquiera llamaron (Sergio, Manolo Rivero, etc.).
A eso de las 8,55 horas llegamos al mercadillo de San Mateo, ligero pelete 16º, ligera llovizna, y Rosa la Herreña con el semblante serio, acojonada, consultando a su fiel Fernando el banquero ¿qué hacemos?. El resto de la gente, como siempre a lo suyo, unos fueron al desayuno de bocadillo de pata de cerdo, café con leche, churros traídos desde Las Palmas de gc, etc. Otros a la compra del queso de las tres leches, la fruta, el pan, etc.
En San Mateo se incorporó Pilar la del Monte, éramos 26. A eso de las 9,30 horas, seguía la llovizna, antes de subir a la guagua, Rosa la herreña no podía más, dijo, nosotros (Fernando y Rosa o viceversa) nos vamos a ir porque esto no cambia, Antonio le comentó ¿porqué no llamaba a PC? Pensando que no lo iba a hacer, pero, si llamó.
Craso error, llamó a urgencias al 112 y la pasaron con PC. Después de comentarle que éramos un grupo de senderistas que íbamos a ir al barranco de la Mina, y que como estaba el tiempo, etc, etc, etc, terminó por meterle el miedo en el cuerpo a la pobre persona que estaba al otro lado del teléfono, hasta tal punto que tomo nota del teléfono y nombre de la persona que llama, etc. Por si caso pasaba algo, pero en ningún momento nos dijo que no podíamos hacer la caminata.
El compañero Roque, para tranquilizar a Paco que seguía preocupado, comentó que cuando llegáramos a la cumbre, decidiríamos si tomábamos otro itinerario. Por lo bajo, le decía a Antonio, “chacho, ya tenemos encargado el potaje de jaramago en el Bar de Suso en los Arbejales y eso es sagrado”.
A las 10,22 horas llegamos a la cumbre, a la Degollada de Becerra, nos bajamos de la guagua y había un ligero pelete, pero aguantable, una ligera lluvia, pero aguantable, una ligero viento, pero aguantable, una ligera bruma que impedía verse a más de 30 metros, pero aguantable, un etc…, pero aguantable. Comenzamos la caminata y como si no hubiera pasado nada, nadie dijo nada de cambiar el itinerario.
Iniciamos el descenso a través de la pista de tierra cubierta de trebolina empapada en agua, entre setas, champiñones, boletus, y algún que otro excremento de oveja, por supuesto todo húmedo y natural. Se notaba en el ambiente que íbamos a disfrutar de un buen día en la naturaleza, la mayoría de los caminantes pensaba que los amigos de PC son todos unos mentirosos, que dicen que hay alerta roja para cubrirse las espaldas.
El camino de bajada estaba resbaladizo y más de uno/a en vez da caminar se deslizaba suavemente sus posaderas por el suelo y demostraba que, o bien tenía las llantas lisas, o bien había tenido una mala noche que le impedía mantener el equilibro. Creemos que la mayoría de los caminantes se inclinan a pensar esto último.
El primer tramo hasta la parada de guagua del barranco de la mina discurrió entre visitas a cascadas, vistas del campo verde, cabreos por el entubamiento del agua nacida de la galería, comentarios de la sustitución de la viagra por el ortigón según afirmaba Jose el biólogo, la recogida de especies de flora autóctona para ponerlo en la zona de umbría del instituto según decía Amparo, aclimatación de músculos del menisco recién operado decía Holofernes, etc,,,.
Al llegar a la parada de guagua de la carretera que va desde la Laguneta a la Cruz de Tejeda, lugar del primer avituallamiento, o sea, cigarros, naranjas, bocadillos, etc, ocurrió una cosa insólita. Mariví se encuentra en la parada a una antigua amiga, Rosa. Se saludan, se dan a conocer, comentan lo bonito del día y se despiden ambas, deseándose mutuamente pasar un buen día. Lo curioso de la anécdota está en que Mariví no se había dado cuenta que la amiga venía con ella en la guagua desde San Telmo y era una componente más del grupo de sufridoras caminantes, ella creía que estaba en la parada esperando la guagua de Global. Todavía queda mucha gente despistada en este mundo.
Bajamos hacia el molino de Cho Gutierrez en el fondo del barranco de la mina, que estuvo en activo hasta el año 1985. Habría que decir que el miedo que tenía en el cuerpo los compañeros Paco y Rosa la Herreña se iban calmando a medida que iba pasando la mañana, se habían convencido que la gente de PC son unos mentirosos.
Al poco tiempo se comenzó la subida, no sin antes pasar por una zona de corrales, con gallos, gallinas, pollos, ovejas, perros, perritos, perrotes, etc. Estos últimos estaban dando un concierto a ocho voces, situados estáticamente equidistantes entre sí a unos 4 metros, que parecían los perros de la plaza de Santa Ana que ladraban.
Naturalmente la primera que iniciaba ascenso a la montaña de Ariñez era la liebre del grupo, o sea, Rosa la Herreña, que ágil y deprisa comenzaba la subida marcando en el barro su zancada alegre y resbaladiza. Curiosamente se extrañó que su compañero Fernando el Banquero no estuviera un poco más rezagado hablando con el personal de sus quehaceres diarios (o sea, las finanzas). Parece ser que todavía estaba preocupado por la supervivencia en caso de lluvia torrencial.
Los que iban delante, a mitad de la montaña, miraban hacia atrás y podían ver al resto del grupo iniciando la subida, incluso se pudo ver al compañero presidente Roque acercarse a un cercado de ciruelas e intercambiar pareceres con las mismas. Según dice él, el fruto del camino es del caminante.
La vista de la meseta de La Laguneta era bonita. Toda verde, sembrados los cercados de papas, en alguna que otra chimenea de las casas salía humo, se notaba el destrozo del paisaje al permitir la fabricación de las casas nuevas junto a las típicas casa canarias de tejas de techos de 2 ó 4 aguas sin respetar un mínimo de la estética del lugar, etc…
Después de 45 minutos de subida el pelotón llega al bar de la Asociación de vecinos de Aríñez, lugar del segundo avituallamiento, justo cuando comenzaba a llover más intensamente, momento propicio para saciar la sed por el esfuerzo de la subida, que ante la duda del personal de si beber agua o vino y dado que hacía un poquito de frío, la mayoría del personal se inclina por esto último. Después de esperar un poquito, apareció el cantinero, señor bajo y grueso, con cachetes coloraos, con la vista un poco ladeada y con poca gana de trabajar sacó un par de botellas de vino (una de ellas con el vino picado) y un par de platos de aceitunas. Algún que otro caminante bautizó al susodicho cantinero con el nombre de Manolito Mira Pàl norte.
Después de una media hora, partimos hacia Los Arbejales, no sin que antes terminará de hablar Raquel con los parroquianos del lugar que atentamente le informaban de las preocupaciones del lugar.
Bajamos hacia la Cruz del Herrero, pago que se encuentra en la margen derecha de la presa de Aríñez, lugar donde hay una pequeña ornazina de fecha de 1901 con fondo de persiana metálica, con tres pequeñas tallas, una de ellas pare ser que es la Virgen de los Suspiros del Caminante, detrás de un cristal con una pequeña ranura a través de la cual se depositaba unas pocas monedas. Uno/a de los/las caminantes/as de forma irreverente/a comentó “por esa ranura se deposita el dinero y al momento se sube la persiana y aparece la virgen con poca ropa e insinuante”. Este/a que escribe considera que el grupo está compuesto mayormente de ateos/as, agnósticos/as, y muy pocos/as creyentes/as. ¡¡fuerte equipo!!.
Se bordeó la susodicha presa y al poco se llegó al cruce de Aríñez, lugar del tercer avituallamiento. Comenzaba a llover de nuevo y el primer grupo siguió hacia los Arbejales y el resto que venía rezagado pararon y se tomaron algunas cervezas y creo que algo de vino acompañado de algo sólido hasta tanto escampara. En este lugar se despidió del grupo Amparo que la venían a buscar.
A eso de las 14,45 se llegó a los Arbejales, más concretamente al Bar de Suso. Nos estaba esperando un potajito de verduras, ropavieja, costillitas, carne cochino versus carne fiesta, muses, flanes, cornetos, pan con chorizo de Teror, etc… Naturalmente toda esta comida fue acompañada de la correspondiente bebida; refrescos (poquitos), cervezas (algunas más), vino tinto (unas cuantas botellas) y ¡¡¡sorpresa!!! un par de caminantes/as se jincaron una botella de vino de misa, o sea, de vino dulce con la comida. En este último caso, desde lejos, se notaban los cachetes colorados y las sonrisas sospechosas y pícaras de la susodichas personas. Se me olvidaba para finalizar, antes de coger la guagua y para matar el frío se procedió a realizar un brindis con Ron Santa Teresa por invitación de la casa.
A las 5,10 horas, se tomó la guagua de Amandabus que nos esperaba, nos pusimos rumbo a la capital, trayecto y lugar que aprovecharon las personas del vino dulce para dormir un poquito.
A las 6 de la tarde estábamos en Las Palmas de Gran Canaria y no pasó nada, a pesar de la alerta Roja decretada por PC, y, con ganas de realizar la próxima caminata que será el viernes 22 de noviembre.
Este escrito ha sido posible gracias a la participación de: Black Sugar, Enrique, Violeta, Antonio el ínclito secretario, Marcela, Holofernes, Teresa, Rosa, Antonio Castillo, Rosa la herreña, Fernando el Banquero, Javier el boliviano, Esther, Pilar medina, Pilar la del monte, Pedro bilbo, Paco socorro, Roque el presidente, Rosa Delia, Raquel, Jose el biólogo, Amparo, Mariví, Ernesto, Isaac y Alicia.