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14. Crónica de la 9ª caminata de los Tajinastes Azules o de cuando los “vasodilatadores para machos/chas con sabor a flan.

Crónica de la 9ª caminata de los Tajinastes Azules o de cuando los “vasodilatadores para machos/chas con sabor a flan.

Eran las 12,45 horas de la madrugada del sábado 21 de marzo, Manolo Pintos en el cuarto de la azotea de su casa en Gáldar, estaba ultimando su elixir mágico.  Entre alambiques, probetas variadas, botellas, flanes caseros, alcohol[1] doméstico, papeles con fórmulas mágicas, foniles [2] de diferentes tamaños, jeringuillas de diferentes calibres, etc., etc.,  pensaba en voz alta … esto está a punto de caramelo, je, je, …. Si los cálculos no me traicionan en cuestión de minutos consigo la poción mágica…..

Sin darse cuenta, esperando por la 2ª destilación de su experimento, Manolo se durmió tumbado en el sofá de su abuela. Sobre las 3,48 horas de la madrugada, sobresaltado, se levanta y comprueba que había acabado el destilado. La habitación estaba llena de vapor de agua, no se veía a 50 centímetros, estaba empapado en sudor. Como pudo, se acercó sobre la mesa y probó su poción mágica  … ¡¡¡ Eurekaaaaa lo he conseguido!!!! .. Sobre la marcha, viendo que era tarde, cogió la primera botella que tenía a mano, con la jeringuilla comenzó a trasvasar la poción mágica.

Se acostó de nuevo, no sin antes notar un ligero pero agradable mareo. Malamente durmió dos horas porque tenía que levantarse temprano para ir a caminar. En ese tiempo soñó que una inspectora de consumo lo perseguía sin darle resuello. Se despertó dando un grito desgarrador …. ¡¡¡No, no,  yo no he envenenado a nadie!!!! …

Eran las 7,45 de la mañana en la parada de San Telmo, el ínclito Secretario vio llegar a lo lejos a Manolo Pintos con los brazos abrazados a la mochila por delante en vez de tenerla colgada a su espalda. Se le notaba un tic nervioso que le obligaba a mirar de soslayo a ambos lados para ver si alguien le perseguía.  Como pudo llegó al punto de partida de la caminata.  Cuando se sentó a la vera del ínclito, le comentó … mira Antonio he ido a la fábrica de Artemi y me han dado una botella de un nuevo licor para que lo probara…  hizo amagos de enseñarlo pero al final no lo enseñó. Pasaba alguien sospechoso por delante.

Como siempre, pasados unos 15 minutos de las ocho, reunido todo el pelotón en la guagua a partir de Santa Brígida, se llega (algo deprisa) al primer control de avituallamiento en San Mateo. Compramos las viandas oportunas y pasamos a degustar el primer desayuno, perdón para algunos el segundo, al bar habitual para estos menesteres. Se produce una general decepción al estar este control cerrado por defunción, por lo que además de pertrecharse para el recorrido , hay una desbandada general por el pueblo con el fin de desayunar correctamente (o sea mucho).

Tras afanosa búsqueda quien más quien menos encuentra algo, excepto Fernando Sáenz  que en lugar de una rotunda tapa de callos ó bocata de pata ó unos churros engrasaos, sólo toma UN TÉ VERDE, no es de extrañar pues, que con semejante purgativo, pasara lo que pasó como se verá más adelante.

Reunido nuevamente el caótico rebaño, para montar en la (algo veloz) guagua se produjo el gozoso reencuentro de Fernando Álamo con la choferesa  (Cela dixit) de otra memorable caminata, que demoró algo la partida.

Sobre las 10,02 horas de la mañana llegamos al Rincón de Tenteniguada, lugar de comienzo de la caminata. Después de la foto reglamentaria del grupo se comienza la ascensión hacia la caldera de Los Marteles pasando por el lado izquierdo según se sube de los Roques de Tenteniguada.

Empezando la caminata se produce la escena habitual últimamente, María Helena que asegura ha comprado unos palos de alta tecnología, y (Haciendo un ejercicio de Fe, nos lo creemos) los ha dejado en el coche, por lo cual ruega y suplica a Fernando Álamo que le preste uno, este, en buena lógica comercial dice que se lo alquila, pero como todavía no ha pagado el alquiler de la última caminata, es lógico que suba el precio.

No sabemos este precio pero María Helena subió con palo, y con la condición de devolverlo en las bajadas, ya que todo sabemos que Fernando no es precisamente  hábil en dicha operación, excepto en tramos finales de la caminata,  cuando toda el Ejército de Pancho Villa paladea el final (por lo tanto la cerveza), entonces no corre, vuela. 

En la subida se aprecian varias caminantes que no reunían el calzado adecuado, Andrea, Mariquilla sin botas y Silvia venían con unas Adidas de paseo por la playa que a la larga le pasarían factura, sobre todo en la bajada de los Alfaques. Ésta última, Silvia echó de menos no haber traído sus zapatos de tacón “Manolos Blahnik”. Creemos que esta apreciación fue motivada por la belleza del paisaje que se nos presentaba en la subida.

A medida que íbamos ascendiendo podemos observar algunas especies rupícolas que van dando paso a un manto blanco de magarzas y amarillo de morgallanas o retamas. A medida que vamos avanzando nos van deleitando los tajinastes azules que encontramos a nuestro paso, pero que se hacen cada vez más llamativos si  contemplamos  las diferentes tonalidades producto de hibridaciones que pasan del azul intenso al casi lila, transformándose en rosáceos casi blancos con distintas intensidades.

Todo un placer para la vista que contrasta con las erguidas matas de tajinastes blancos.
A lo largo de todo el trayecto nos acompañan por zonas los diversos olores de tomillos, pinos y salvias, que hacen el transitar más agradable, aún si cabe. Todo un  placer para los sentidos de la vista y olfato.

Poco a poco nos vamos viendo cada vez más inmersos en la vegetación donde nos rodean plantas de cierta envergadura llegando hasta los tres metros de altura, donde se van entremezclando otras especies como veroles, ortigones, cañahejas, etc., que nos muestran el gran valor natural que tiene este paraje.

Tanta belleza produjo insólitos efectos, nuestra enviada especial dice que aunque en principio se negaba a creerlo (y este consejo de redacción tampoco), pudo constatar que Teresa Bañobre estuvo CALLADA contemplando el paisaje entre un minuto y un minuto y 15 segundos.

Sin embargo, Silvia la de los “Manolos”, a medida que subía iba echando en falta que no se parara por el camino a tomar algo. Entendía que la ruta estaba mal planeada ya que no existían bares en determinados puntos estratégicos que ayudaran al caminante a apreciar el paisaje de forma más alegre.

Para suplir esta falta de bares, apareció, como siempre en estos casos, la petaca de coñac de Fernando Álamo que en pequeño corrillo iba surtiendo al personal. Los colores del paisaje se comenzaban a trasladar a los colores en los mofletes de l@s caminant@s. Aún no había aparecido la poción mágica de Manolo Pinto.

A mitad de la subida, Fernando Sáenz comenzaba a notar en sus tripas el efecto del Té Verde del desayuno. Unos ligeros retortijones le recorrían por todo el cuerpo a cada paso que daba. Así estuvo hasta que se llegó a la Caldera de Los Marteles. Nuestro enviado especial llega a la conclusión que si hubiera probado la poción mágica no le hubiera pasado nada, o al menos, el dolor se hubiera podido aguantar más alegremente.

Al llegar a la vera de los primeros pinos, a mitad de la subida se realiza la primera parada para el correspondiente control de avituallamiento. Naranjas, manzanas, bocadillos, frutos secos y comienza a probarse la poción mágica de Manolo. Ni que decir tiene que una vez terminado el mismo, el personal comenzó a subir el último tramo a una velocidad de vértigo, los pies casi no pisaban la tierra, con una ligera sonrisa en la boca, hablarines, dicharacheros, etc., etc., etc. Comenzaba a surtir efecto el destilado de Gáldar.

Sobre las 12,33 horas se llega a la Caldera de Los Marteles. El personal se tumba en el arcén de la carretera, comienzan de nuevo a comer, beber, comer, beber, beber, beber la famosa poción, excepto el compañero Fernando Sáenz que tumbado junto a un coche yacía con los ojos cerrados, con la tez pálida, el móvil sin batería, con la voz entrecortada decía … esto me pasa por desayunar té verde en vez de un buen bocadillo de pata de cerdo… 

La poción mágica venía embotellada en envase que decía por fuera “Antoska – Vodka con sabor a flan”. Javier gentilmente comenzó a despachar a discreción en pequeños vasitos el elixir de Gáldar a  todo el que lo pidiera ante el asombro de otro grupo de caminantes y moteros que estaban al otro lado de la carretera que por lo bajo decían … ¡¡¡chiquitos caminantes!!!… Habría que decir que  Manolo Pinto, con los ojos brillantes y un poco saltarines, sonría y pensaba   … je, je, je, el experimento está dando los frutos esperados…

Al cabo de unos 47 minutos, casi tod@s l@s caminant@s, (Fernando Sáenz se retiró a su casa en el coche del hijo de Holofernes y Teresa acompañado de éstos) se levantaron casi sin avisar y comenzaron a llanear sin parar hasta la montaña de los Alfaques. Javier, Fernando Álamo y Esther llegaron los primeros. Los resultados de la ingestión del aguardiente están surtiendo efectos.

Antes de comenzar a bajar, en lo alto de la montaña anterior, Cristina comenta al grupo de caminantes que según unos estudios por ella realizados se ha demostrado que en todos los vértices geodésicos[3] acudían las brujas a realizar sus aquelarres y por eso en el punto donde nos encontramos no existe arboleda alguna por la quema que en su día se hacía de todos los árboles de los alrededores. Antonio corroboraba la cuestión y añadía que según los estudios realizados sobre los aborígenes a este punto acudían las Harimaguadas a cargarse de energía, a rogar al Dios Alcorac – Acorán según los entendidos- dios del sol por que llegaran las lluvias,  mejoraran las cosechas y hubiera buena caza. Posteriormente, después de la conquista, las brujas de Telde se desplazaban hasta este lugar a realizar sus ritos propios de su “profesión”.

Acto seguido, el ínclito secretario, siguiendo los pasos de éstas últimas, propuso realizar un ritual mágico. Todos los caminantes con la punta de los dedos de la mano ligeramente rosándose con l@s compañer@s de ambos lados, conformaban un círculo en el hipotético vértice geodésico,  posteriormente y ante el asombro de la mayoría, los miembros se arrodillan y comienzan a repetir religiosamente las palabras del ínclito …. Oh Brujas de las cuatro esquinas que miran el norte, o Brujas de las cuatro esquinas que miran al sur, oh brujas de las cuatro esquinas que miran al este , oh brujas de las cuatro esquinas que miran al oeste… .Todos ensimismados ante tal ritual, hasta que llegó el momento de la verdad, el ínclito dice … oh brujas de las cuatro esquinas qué dices de este grupo de caminantes que están de rodillas haciendo el  pollaboba…  ¡vaya tomadura de pelo!  señores y señoras  “supuestamente” con un nivel intelectual lo suficientemente alto para realizar semejantes actos…. La Mayoría de los senderistas se rieron, pero en particular, Manolo Pinto soltó una gran carcajada, y dijo por lo bajo …. Efectivamente,  voy a patentar el experimento…

Al poco tiempo, después de unos breves minutos de silencio y descanso al sol, con la vista de la cardera de Tenteniguada al fondo se comienza el descenso.  No sabemos qué paso al comenzar a bajar pero Fernando Álamo bajó con un palo, cuando era evidente que sobraban porque Andrea tenía en sus manos tres palos, o sea, le sobraba uno, María Helen tenía otro, prácticamente caso todo el mundo tenía su palo excepto Silvia y Mariquilla sin botas. Nuestra enviada especial  estima que se había producido un milagro, el milagro de la Pócima vasodilatadora con sabor a flan de Gáldar.

Esta bajada se hizo corta porque Tomás y Oscar a la cabeza,  aceleraron notablemente y el resto de fieles punteros del pelotón, con algo de temor a que llegaran con mucho tiempo y acabaran con toda la cerveza, los siguió tratando de mantener su ritmo, hasta el punto que Javier (en una maniobra desleal a la cabeza de carrera) con el fin de ganar unos minutos, instó a la cabeza del pelotón perseguidor a descolgarse como cabras desde el cementerio a la carretera con el fin de ganar (Como Hamilton) unos minutos, no le consta a nuestro enviado especial que se produjeran aterrizajes forzosos en la zona donde la  espalda pierde su digno nombre

Sobre las 15,17 llegaron las últimas caminantes a Tenteniguada. Después de comer el potaje de Berros al pimentón picante y guindillas picantes aderezado con pimienta de cayena y pimienta verde picante, carnes variadas, vinos de Jumilla y de la Rioja, postres, cafés y cortados se parte para la capital sobre las 18,04 horas de la tarde a través de la Guagua de Amanda Bus contratada a tal efecto no sin antes haberse producido OTRO gozoso reencuentro de Fernando Álamo con la Choferesa,  e incluso obligó al Coronel degradado a Comandante de la Guardia Civil a saludarla, ítem mas, quería convencer al ínclito secretario a que  impusiera a Amanda Bus a esta persona y no el algo acelerado chófer que teníamos, en futuras caminatas

 Habría que decir que en el trayecto hacia Las Palmas de GC se produjo por parte de nuevos miembros la crítica (por supuesto más o menos constructiva, ) del desarrollo de la misma. Y una de las nuevas miembras (si lo dice una, aproximadamente ministra, no vamos a contradecirla) recogió el sentir general del que se hacía eco Ernesto en la anterior caminata NO HAY SUFICIENTES  BARES en el recorrido, y que fue comentado durante la misma, estamos siguiendo rutas del colectivo Turcón (Que son Deportistas, y como tal abstemios, no fumadores y de dieta sana)  ó senderos políticamente correctos del gobierno canario que les pasa lo mismo, y el ínclito secretario no advierte en el anuncio de la caminata esta circunstancia, (Solo a título particular y bajo pedido) y no solo eso sino que tampoco se molesta en estudiar adecuados desvíos, y,  naturalmente también criticó ( constructivamente por supuesto) el punto de reunión  para caminantes perdidos EL CEMENTERIO

En el Kiosco de San Telmo, isla de Gran Canaria a las 19,30 horas del 21 de marzo de 2009.

El Consejo de Redacción del Tumbo

Esta crónica fue posible gracias a la colaboración de: ANA GRACIA, OSCAR, ANA CABRERA, MANOLO PINTO, HOLOFERNES, ROSY TEJERA, ROSY SOSA, DANIEL, TERESA, CRISTINA, JAVIER SOLOGUREN, ESTHER, ERNESTO, PILAR, SILVIA, JOSE LUIS, TOMÁS, MARIVÍ, MARÍA, ANDREA, FERNANDO ÁLAMO, FERNANDO SÁENZ, ISAAC, ALICIA, JUAN, MARLENE, MARÍA HELEN, SILVESTRE, TERESA BAÑOBRE Y ANTONIO MÉNDEZ.

 

[1]              Alcohol= Sustancia depresora del sistema nervioso central; además de tener efecto sobre el cerebro y variar algunas de sus funciones (coordinación, atención, memoria...), su uso continuado también afecta a otros órganos como el riñón, el hígado o el sistema circulatorio. Inicialmente, los efectos del alcohol son sutiles, pero pueden ser peligrosos porque una persona bajo sus efectos no es un buen juez de su conducta.

[2]              Fonil= (Del gascón fonihl.) m. Embudo para envasar líquidos en las pipas.

[3]              Geodésicos= Un vértice geodésico es una señal que indica una posición exacta y que forma parte de una red de triángulos con otros vértices geodésicos. Suelen estar formados por un cilindro de 120 centímetros de altura y 30 de diámetro sustentado en una base cúbica de hormigón, todo ello pintado de blanco. Normalmente están en sitios altos y despejados para poder ver otros puntos, es por ello que suele haber unas buenas panorámicas desde ellos.

Seguro por un día