4. Dulce nombre de María.
Dulce nombre de María.
El día 28 de marzo de 2002 fue Jueves Santo y quisimos santificarlo de la mejor manera que sabemos: caminar los senderos del señor admirando su gloria en sus obras. Del grupo de amigos llegados de Las Palmas aún se encuentran con nosotros Dulce y Octavio quienes tuvieron la gentileza de acompañarnos y así con Erlinda, Enrique, Pedro, Adrián, Santos y yo, nos reunimos un total de 8 senderistas que poco después de las ocho nos desplazamos en 3 coches hacia el sur de la Isla.
Ayer hubieron lluvias generalizadas y teníamos el temor de que el paseo de hoy se nos aguase. No fue así y aunque durante casi todo el recorrido el cielo estaba encapotado, ello nos favoreció pues nos evitaba soportar los rigores de “Lorenzo” que nos podría incordiar al caminar sin protección una amplia faja costera del sur que va desde Montaña Roja (Granadilla) hasta San Miguel de Tajao (Arico).
Sucede que ese tramo nos faltaba para completar un itinerario que abarca desde el caserío del Porís de Abona hasta el de Callao Salvaje y que, una vez concluido, nos permite decir que hemos caminado toda la costa de Arico, Granadilla, San Miguel, Arona y Adeje. Era una asignatura que teníamos pendiente desde hacia tiempo.
En plena Semana Santa el trafico era bastante fluido en la autopista del Sur y llegado a la altura de Tajao bajamos a su playa para dejar un coche allí y en los otros dos seguimos hasta San Isidro (Granadilla) donde tomamos la desviación que nos conduce a la cueva del Hermano Pedro de Bethencourt (1626-1667) (ya San Pedro) evangelizador de Guatemala y fundador allí de una orden caritativa.
Visitado el venerado lugar seguimos con dirección a Montaña Roja a cuyo pie dejamos los vehículos y empezamos el paseo cuando son las 9,45. Caminamos por una artificiosa senda flanqueada por pedruscos que nos hace cruzar la antigua pista del rústico aeropuerto del que aún se conserva en pie su austera torre de control y a continuación abandonamos la ancha senda por un incipiente sendero que culebrea y gana altura en dirección de la cima de Montaña Roja,
Pasito a pasito llegamos arriba y como premio tenemos, además de una agradable brisa marina, una magnífica panorámica sobre las playas de La Tejita y del Médano. En la primera vemos como la marea que está alta he hecho posible que el mar se haya filtrado por la arena y ha anegado una amplia zona anexa formando una segunda línea de playa que invita al baño por su vistosidad y comodidad.
Ya procede descender y lo vamos a hacer a “tumba abierta” sin camino visible a través de la inclinada ladera rojiza que nos conduce a las pequeñas calas que rodean por su izquierda este cono piroclástico de 171 m.s.n.m. en el cual la erosión ha labrado un singular acantilado de unos 50 m. de altura.
Ahora vamos a recorrer la costa con algunas cortas subidas y bajadas hasta llegar a la playa del Médano (montón de arena-duna). A las 12 dejamos el antiguo puerto de Granadilla para pasar a la siguiente playa. Cruzamos una ostentosa y curiosa urbanización y cuando son las 12,40 cambiamos el asfalto por el sendero que nos va a introducir en una interesante formación volcánica : El monumento natural de Montaña Pelada; junto a ella se encuentra una caldera de explosión tipo “maar”.
Durante esta última parte y en lo sucesivo vamos a encontrar un gran numero de campistas que han invadido las playas. En muchos casos vienen con sus coches que han metido por sitios inverosímiles y en cierta manera han traído algunas de sus comodidades. A nuestro paso les oíamos comentar “son senderistas” y nunca me he sentido más orgulloso de serlo pues creo formar parte de una minoría privilegiada.
Superada esta altura seguimos “costeando” y como ya va siendo hora de reponer fuerzas nos parece acertado hacerlo en alguna cala en la que el baño sea posible y además agradable. Por ello descendemos sobre una de ellas que, como no, está ocupada. Son las 13,15 y aquí comeremos aunque Adrián y Santos se bañan antes.
A las 14,00 dejamos el lugar y seguimos adelante pasando playas de callados abarrotadas de casetas y a las 15,30 llegamos al polígono industrial de Granadilla en el cual destaca la alta torre de la Eléctrica. Esa empresa ha construido un pequeño muelle para tomar el agua del mar y en el mismo aparece un letrero que dice: Peligro – Prohibido bañarse - Entrada de agua con fuertes corrientes.
Superado esta área industrial nos encontramos un alto dique pumítico de curioso aspecto, como si formase parte de un varado trasatlántico que debemos superar y ya en el otro “oloroso” lado llegamos a la playa y caserío de Barranco del Río en donde hacemos una pequeña parada de reagrupamiento.
En la espera entablo conversación con un pescador orotavense quién se duele de tener un hijo de 25 años con leucemia. El mismo, aunque aún joven, padece del corazón, es hipertenso, diabético y con varias hernias discales. Apenas acerté a decirle unas palabras de comprensión y aliento. Y nosotros quejándonos por algún pequeño contratiempo cotidiano. Como un moderno Segismundo de “La vida es sueño”, nuestras penas para hacerlas sus alegrías, las quisiera él.
“Dejamos mar y dejamos playa” y seguimos hacia el ya cercano San Miguel de Tajao en donde entramos a las 17.20 dando por finalizado la excursión tras haber caminado unos 16 km durante casi 7 horas. Para celebrarlo entramos en el bar “Rincón del Marinero” en donde nos tomamos unas agradables cervezas y un plato de pulpo que estaba muy agradable.
Adrián lleva en su coche a Octavio y a Pedro a por los suyos y el resto les aguardamos en la terraza del hospitalario bar. A su regreso nos distribuimos en los vehículos y despedimos con especial afecto a la pareja visitante. Gracias amigos; que hayan otras muchas visitas y que nosotros las veamos.