1. A Güigüí pasando por un túnel de cañas.
A Güigüí pasando por un túnel de cañas.
El día 26 de Mayo del 2001 nuestro grupo se hizo de nuevo viajero y nos acercamos a Gran Canaria esa canariona isla que está frente de "Venezuela" con la cual se lleva muy mal y a pesar de todo, nosotros, los "venezolanos", que no somos rencorosos, contamos allí con grandes amigos a los cuales solemos recurrir para movernos con mas comodidad y seguridad (hay que tener amigos hasta en las Palmas).
Ellos, enseñantes todos, forman un grupo de caminantes (Los Senderistas del Guiniguada) y suelen rematar sus salidas camperas anuales con un emblemático paseo : EL DE LA PLAYA DE GÜIGÜI y como Germán y yo habíamos oído hablar muy bien de ese paseo y estábamos interesados en hacerlo, preguntándoles nos informaron que ese Sábado 26 la iban a hacer y nos invitaron a acompañarles, añadiendo que podíamos pernoctar en Galdar en casa de Roque.
Teníamos noticias de su duración y dureza, sobre todo por la posibilidad de que no acudiese el barco a recogernos a la playa y hubiese que retornar andando por otro camino. Advertí de ello a nuestro grupo para que acudiese el que se sintiese con fuerzas y a la llamada acudieron : Aurora, Olivia, Centurión, Adrián, Pedro y Javier, por lo que los ocho nos embarcamos en el "Huevo Frito" de Fred Olsen que salía de Santa Cruz a las 7 de la mañana.
Debo dejar constancia que nunca un viaje tan corto había sido tan pródigo en incidencias, todas resueltas felizmente como se verá.
Germán me recogió a las 6,15 y pasamos a su cómodo Mitsubichi una serie encargos que me entregó el amigo Antonio ("el Flaco") para su cuñado "Boro" de Agaete. En el trayecto al muelle el "japonés" se cala inexplicablemente en varias ocasiones y nos mete el miedo en el cuerpo. Ya en el pie del barco van llegando nuestros amigos y cuando les entrego las tarjetas de embarque veo que no hay para todos. O me sobra un pasajero o me falta una, por lo que corro a sacar otro pasaje más. Es algo tarde y aunque hago cola me obligan a sacarlo a bordo, sin descuento (cerca de 3500 solo ida)
Unos minutos después de las 7 sale nuestro barco para surcar una mar que parece falsamente encalmada pero que le hace dar algunos vaivenes que nos obligan a circular dando pasos de borracho. Con nosotros viajaba un nutrido grupo de alguna asociación de vecinos en el que destacaba una rolliza cantante que amenizaría el viaje con canciones de la tierra tales como "Por la mañana fufú, al mediodia fufú y a eso de la media noche ya estaba cansada de tanto fufú o " Como quieres que tenga pelos en el moño, pelos en el moño... (a veces se equivocaba y no decia moño). A mi me gustó
Eran las 8.15 cuando pisábamos Agaete y compruebo desolado que "Boro" no está a la vista como pasara en otras ocasiones. Pierdo varios minutos intentando localizarlo sin éxito por lo que nos acercamos al Bar "El Cápita" donde estábamos citados con el grupo de Las Palmas que de momento no han llegado y aprovechamos para encargar algunos bocadillos en el "piscolabis" próximo.
Llegan nuestros amigos en tres coches y nos alegra poder saludar a los "sherpas" Méndez y Roque, así como a los 9 amigos que les acompañan (Dulce, Ester, Mª Jesús, Margarito, Felipe, Octavio, Miguel Angel y los dos benjamines que no han querido perderse el paseo. "Boro" sigue sin dar señales de vida por lo que empezamos a preocuparnos por la caja de verduras, un galón de vino y dos conejos "descuerados" que traemos. Llamo varias veces al Flaco y por fin aparece su cuñado con una fuerte "calentura" pues Antonio borracho, le había avisado de madrugada con el consiguiente susto
El coche de Germán sigue "reinando" y llama a su mecánico por teléfono quien le aconseja no moverlo por si nos deja tirados. Menos mal que, aunque con calzador, cabemos en los otros tres y sin mas dilación emprendemos la marcha hacia San Nicolás de Tolentino (la aldea, por antonomasia que ha perdido su nombre y apellido y a sus gentes se les llama aldeanos no "tolentinos" ).
El poblamiento de San Nicolás se concentra en el gran valle formado por la confluencia de los barrancos de Tejeda, Siberio y Tocodomán. Su origen se remonta a la época prehispánica con numerosos yacimientos arqueológicos pero sus primeras noticias históricas datan de fines del siglo XIV cuando un grupo de mallorquines se instalan en un lugar conocido como Bocabarranco y levanta una ermita bajo la advocación de San Nicolás de Tolentino. Hasta el momento que se abrió la carretera con Agaete les era mas fácil comunicarse con Tenerife que con Las Palmas.
la citada carretera que trepa la montaña, es estrecha y llena de curvas por lo que se hace antipática y martirizante para aquellos que mareen pero, como todo acaba, llegamos por fin a la Aldea y nos dirigimos al punto donde debemos iniciar la caminada.
Algo le ha pasado a Germán y nada mas bajar del coche anuncia que se encuentra mal (será por simpatía con su coche) y que se vuelve a Tenerife, con gran dolor de su alma pues me consta que ansiaba hacer este recorrido. Todos lo sentimos pues es un gran caminante y un extraordinario amigo y me diría, hoy Domingo, que cogió un taxi y vomitó por la carretera, pero ya se encontraba mejor. Me dijo que con las prisas incluso se dejó las botas en los coches.
Por otra parte el estado de la mar nos obliga a dudar del rescate en barco y como existe un camino alternativo mas directo y corto, procede asegurarnos de que si hacemos el más largo y vistoso, no debemos escapar de la playa haciendo una dura subida a Tasartico.
Antonio Méndez se acerca y confirma que habrá barco, pese al viento, por lo que eran las 10.30 cuando iniciamos el paseo.
Lo hacemos en el costado del colegio público "Cuermeja"a 90 m. de altitud por una pista de tierra (cañada de las vacas) que penetra en el barranco de Cueva Bermeja. La pista se viste de asfalto unos 200 m. y en una curva encontramos un letrero sobre un añoso tronco de cedro canario que señala el sendero hacia "GUGUY".
El tiempo parece óptimo para nuestras intenciones. Una densa masa de nubes coronan las alturas, con frecuencia corriendo sobre ellas y solo al final del recorrido van a desaparecer dejando el paso a "Lorenzo" que nos va a mortificar, sobre todo en el fondo de los barrancos o en laderas protegidas donde no corre la brisa lo que motivará más nuestras ganas por llegar a la deseada playa.
Sendero arriba llegamos hasta una hermoseada casita rodeada de canteros cultivados en donde vemos un segundo y último letrero también indicando "GUGUY", no Güigüí. De entrada se destacan un trío que coge ventaja y no vamos a volver a verlos hasta llegar a la playa con bastante ventaja. Son Ester y los dos "pibes".
El sendero sigue subiendo no muy duramente entre una variada vegetación xerófila teniendo a la izquierda la atractiva montaña del Cedro, con unas paredes de extraña luminosidad hasta que llega a una alta cañada o culata que remata el barranco por cuyo margen izquierdo venimos caminando. Va a ser la parte mas dura del itinerario pues vamos a subir todo tieso por un zigzagueante sendero unos 200 m.
Realmente no debemos rematar la subida pues casi arriba se ha de cruzar una zona de rocas cubiertas de liquenes, producto de la forzada subida de nubes cargadas de agua que se desprenden de ella para poder llegar a lo alto. Llaneamos a la derecha en busca de la degollada de Roque Bermejo (720 m.) y coincidimos con el obligado paso de unas aireadas nubes que se deshacen o deshilachan al cruzar el paso. Buscamos algo de sombra en un cejo próximo y no dejamos de admirar el barranco que nos presenta a nuestros pies (un vistoso barranco formado por cascadas lávicas) mientras que en la costa se aprecia un mar salpicado de los típicos borreguitos blancos que no dejan de intranquilizarnos.
Continuamos el paseo y salimos a la siguiente degollada la que da al barranco de Güigüí chico que no tiene sendero de salida al mar
En el fondo de este barranco vemos un atractivo palmeral que llama nuestra atención. Es un pequeño oasis que ha sido posible gracias a la presencia de una fuente que le proporciona el vital líquido elemento. En su centro se yergue un a vivienda rodeada de canteros cultivados y me dice Méndez que está habitado por un inteligente desertor de Schaman que en compañía de una extranjera hábil han procreado 4 hijos, el mayor de 16 años. (no tienen TV).
Aquí hacemos una parada de reagrupamiento y debemos elegir que sendero vamos a seguir, pues más abajo se desdobla. El 1º seguirá por este barranco para cruzar hacia Güigüí grande cerca de la costa y conectará en la casa rústica de Miguel. El 2º más largo llaneará por lo alto para acceder por la bermeja "media luna" y, barranco abajo, coincidirá en la citada casa del ermitaño Miguel.
El inquieto Margarito se decide por el primero ya que le resulta novedoso y lleva "Dulce" compañía. El resto haremos el recorrido tradicional que en verdad merece nuestra aprobación. Las paredes aparecen cinceladas por algún orfebre loco que formara con lagrimas basálticas infinidad de pequeños órganos a los cuales el sol arranca brillantes reflejos. Una cueva forrada con estas extrañas formaciones se me antoja una pétrea capilla sixtina. Un estudioso geólogo hubiese disfrutado con estas y otras formaciones que nos encontraremos a lo largo del itinerario.
La vegetación también es vistosa y pasamos algunos cardones de impresionante aspecto y volumen. El camino no es demasiado cómodo pero no peligroso aunque en una ocasión lo dejamos (¿ adrede ?) para seguir una variante que enlazaba sin bajar por un estrecho senderillo, a veces difuminado, que cruza unas rocas bermejas de resbaladizo paso y con posibilidad de vértigo.
Hacemos otra paradiña en un sombreado cejo y sin esperar que el grupo se moviera ya me decido a dar a mis pies un ritmo mas ágil y continuado pues el camino no ofrece dudas y me apetece avivar el paso. Javier y Pedro me siguen y juntos bajamos hacia el fondo del barranco pasando la denominada media luna (525 m.) a la que hacen guardia un grupo de palmeras.
El camino pasa por unos improductivos canteros y continua bajando hasta que llegamos a una rústica casa entre palmeras la cual es propiedad de Don Miguel al que citábamos antes, quien nos ofrece agua fresca. El suele vivir aquí en compañía de unos burros, yegua y potrillo a la sombra de la montaña de Horgazales.
Su abuelo vio construir la casa de los Ingleses en la Playa cuyas ruinas destacan en un pequeño altozano de la desembocadura y trabajó para ellos en la finca de plataneras que había en la salida de este barranco. Una paradiña más y nos reagrupamos para seguir el sendero, tras rehuir la celosa yegua que cuida de su aparentemente frágil criatura. El sendero pasa entre árboles frutales y por un horno. Aquí decide Méndez dejar el buen camino para buscar un senderillo que discurre por el fondo del barranco.
Ya se estaba fraguando la pillada pues dudo que siguiendo el otro hubiésemos tardado mucho más. El senderillo es intrincado y se avanza lentamente moviendo las cañas. Por fin llegamos a un corto túnel practicado bajo el cañaveral (el lugareño había dicho que tenía practicada una desviación mucho más cómoda por arriba) pero estaba escrito : teníamos que pasar por el "aro" vegetal.
Pues nada, a arrastrarse tocan y gateando como bebes, ahuyentando bichos (ratas ?) y mojándonos; muy a duras penas, salimos al otro lado con la dignidad maltrecha y resentida. Por supuesto ellos también pasaron (con tal de vernos ciegos) y a Antonio Méndez se le clavó una pico de palmera y a Roque se le rompe la bota (bien merecido. El dios chaman guanche castiga sin cuchillo ni palo)
Fue una "putada"que intentaremos no quede impune. El noble pueblo "chicha" clama venganza ante una nueva ofensa del "sanedrin" canarión. " A LAS ARMAS " 500 años más tarde a la patria guanche se le ha consumado una segunda traición, esta vez por dos nuevos guanartemes:Antonio-Roque Roque-Antonio (tanto monta/monta tanto)
El sendero se aclara y por fin pasa cerca de unas casas en las cercanías de la playa. De una de ellas una señora nos grita " No han visto a una mujer". No le entendíamos pero luego vimos un helicóptero dando pasadas en su busca y se dijo que también había gente e incluso perros buscándola por tierra. Mas tarde en la Aldea se nos diría que se había extraviado una alemana, aparentemente con sus facultades mentales mermadas y que le acompañaba una niña. Los periódicos de los siguientes días fueron más precisos y aclaraban esa información.
Al parecer una joven pareja de alemanes habían pasado la noche en esta playa y el sábado a las 8,30 había salido hacia Tasartico, Nadja una joven de 27 años con antecedentes epilépticos y su novio, Andrés, lo hizo dos horas más tarde sin que la encontrase por el camino ni en el coche alquilado que seguía aparcado donde lo habían dejado. El Andrés apuntaba la posibilidad de un rapto. Se me antoja todo un oscuro y misterioso asunto que Dios quiera se resuelva felizmente. Méndez ve posible que todo sea un montaje para obtener dinero o documentos pues el tal Andrés no lleva nada alegando que los tenia la extraviada en su mochila. (casualidad).
Pasamos el cruce del sendero que podría llevarnos, tras una fuerte subida, hasta las proximidades de Tasartico. Es el camino de regreso que tendríamos que hacer en caso de fallar el barco.
A las 4.15 llegamos a la salida del barranco de Güigüí grande, a la poco concurrida playa chica, la cual y a pesar de que está con marea llena es hermosa. Es de fina y caliente arena negra y me dicen que con marea baja queda unida con su vecina y juntas tienen casi 2 km. de largo.Se impone el baño y este se produce de inmediato resultando muy grato, repitiéndose en varias ocasiones.
Aurora se había dejado el traje de baño, pero estaba decidida a no prescindir del chapuzón, por lo que todos nos lo prometíamos muy felices. Desafortunadamente Ester llevaba uno de repuesto (ya se podía haber estado calladita que estaba mas guapa).
Ya procede comer algo (gracias Antonio) y luego pasearemos por la playa y nadando unos pocos metros, accedemos a la contigua playa de Güigüí grande (curiosamente en la desembocadura de Güigüí chico). Es de destacar la estrecha salida de estos dos barrancos y que en su salida al mar no se abren, así como las verticales y acantiladas paredes que jalonan la costa, producto sin duda de desplomes que dejan al descubierto sus diferentes capas. Tienen un gran parecido a las altas paredes de la costa de Masca o Valle Gran Rey y los picachos de ese valle son casi idénticos a estos.
La embarcación había sido citada a las cinco y pasaba el tiempo y no aparecía por lo que ya nos temíamos lo peor. pues el mar, aunque en la playa estaba agradable y protegida por una media ensenada a la que prestan guardia esos colosales murallones que citábamos, fuera estaba bastante picado y no habían embarcaciones
Ya habíamos decidido que si a las 6 no aparecía, emprenderíamos el regreso y 10 minutos antes de esa hora, con gran regocijo por nuestra parte, la vimos doblar la punta del Peñón Bermejo. Era un pequeño y marinero "Bermeano" acostumbrado a mares mucho más desapacibles y remolcaba un barca con motor fuera borda que seria la que nos trasbordaría al bravo pesquero. La operación resultó laboriosa y hasta peligrosa pues no fue sencillo acercar la pesada lancha auxiliar a una playa de arena con un regular oleaje para embarcar a un grupo tan numeroso como, en su mayoría, inexperto y lograr que ellos y sus mochilas no se mojasen mucho.
Vano intento pues los que no se mojaron al montarse lo harían luego en la travesía,salvo algunos espabilados que se protegieron al socaire de la cabina de mando. Hubieron algunos que parecían pollos mojados pero,tenaces, aguantaron sin pestañear mientras el agua les entraba por la cabeza y le salía por las patas. ¡Chacho¡
A las 7.10 llegábamos a la Aldea en donde estaba previsto cenar pero nuestro barco salía a las nueve y no podíamos permitirnos perderlo aunque a algunos no nos hubiese importado e incluso con la posibilidad de ese ofrecido alojamiento, pero el grupo había venido unido y unido se marcharía. Apenas nos dio tiempo para tomar unas cervezas en el Bar de Severo y el bueno de Margarito se ofreció a llevarnos hasta Agaete en una maratoniana carrera, adelantando incluso a dos grandes guaguas.(hasta tres es posible)
Al llegar al puerto de las Nieves, abrimos los ojos, besamos el suelo, las mujeres también a Margarito, ¿ o quizás lo mordieron ? al que hay que reconocer el mérito de haber llegado a tiempo de coger el barco pues sin él no lo hubiésemos conseguido. GRACIAS AMIGO, extensible a todos los camaradas del "pio pio" de los que apenas pudimos despedirnos : Ustedes son formidables.
Ya a bordo nos sobra un pasaje. Que "carijo" pasa: Centurión que se entretuvo con Margarito y aparece corriendo. Un minuto más tarde salíamos rumbo a la capital del archipiélago con más hambre que el perro de un ciego y sin poder dormitar pues la "cantante" regresaba con nosotros. A las 10,30 estaba en casita donde no había ni esposa ni cena ya que le dije que vendría "comido".
Nos mandamos una panzada de caminar sin apenas probar bocado pero venimos satisfechos y calculando cuando podremos volver, pues nos quedan muchos hermosos senderos que recorrer en la Gran Canaria y debemos aprovechar ese enorme patrimonio o capital de amistad que contamos allí en la figura de unos extraordinarios amigos que justifican cualquier esfuerzo económico o físico.
Espero y deseo que ellos piensen lo mismo de nosotros y que actúen en consecuencia viniendo para aquí donde también hay cosas muy dignas de ver, algún forofo diría que más, pero yo solo digo que son paisajes diferentes y a veces complementarios y que todas las islas, como todas las mujeres tienen algún encanto, escondido o a la vista, solo hay que tener la habilidad de encontrarlo.
Para rematar la faena debo señalar que el coche de Aurora no estaba en la Avenida de Anaga en el lugar donde lo dejó aparcado por la mañana con el consiguiente susto. la policía lo había retirado por un evento deportivo y lo había trasladado cerca de Almeyda. Quieren más incidencias ? Pues vean el Gran Hermano.