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22. Viaje a los Pirineos aragoneses. Julio de 2018

Viaje a los Pirineos aragoneses

Julio de 2018

17 de Julio 2018. Llegada a Benabarre desde el aeropuerto del Prat. Desde allí nos desplazamos por un largo y angosto camino hasta Motfalcó.  Se trata de una zona en la que existió una comunidad que desapareció al construirse el embalse de Canellas.

Alojamiento en el Albergue Casa Batlle en Montfalcó. Allí frente al  lago de Canelles, límite fronterizo entre Aragón y Cataluña, observamos en la noche un mar de estrellas relucientes que el firmamento generosamente nos ofrecía, iluminada  por una luna encendida que invitaba a mirar al cielo.

18 de julio de 2018. En este bello lugar hicimos la primera caminata: La ruta de las pasarelas de Montfalcó al Congost de Mont-rebei (8 Km). Ruta que discurre en algunos tramos por unas impresionantes pasarelas colgadas de una pared vertical de roca sobre el lago de Canelles. Sobre este lago pasamos por un puente colgante que une las dos orillas, conectando también las dos comunidades de Aragón y Cataluña.

Muy cerca de nuestro albergue, subiendo por una angosta vereda, descubrimos una hermosa y restaurada ermita románica, santa Quiteria,  cuya ejecución se sitúa a mediados del siglo XI, de estilo románico ribagorzano,  escondida y alzada en un pequeño bosque, testigo de un pasado que ya no volverá. En su origen pudo ser la parroquia de un emplazamiento defensivo donde aún perviven restos del núcleo de población de Monfalcó, abandonado en épocas recientes por la construcción del embalse de Canelles.

19 de julio de 2018. El segundo alojamiento de nuestro viaje se encontraba en Aínsa, a donde llegamos pasando por Graus. Esta ciudad, Graus, capital administrativa de la Ribagorza, cuenta con una plaza mayor, joya arquitectónica de factura renacentista, porticada, con una estructura en forma de pentágono irregular, con casonas decoradas con pinturas murales  de influencia italianizante, que te transportan a otras épocas, donde se puede degustar su famosa longaniza en sus agradables terrazas a la sombra de sus fachadas.

En Aínsa nos alojamos en Casa Rivera,  apartamentos que se encontraban en el centro de este bello pueblo de piedra que cabalga sobre un cerro desde el que se domina un impresionante paisaje de montañas y agua. Allí, majestuosa, se encuentra la imponente torre campanario de su iglesia románica, con su pórtico de arquivoltas en la fachada principal y en su interior una cripta con bellas columnas cada una con su singular capitel, cada uno distinto de los otros.

20 de julio de 2018. En Aínsa hicimos la caminata desde Torla al Parque Nacional de Ordesa y Monte perdido (17 Km). Desde la pradera de Ordesa, por el margen del rio Arazas, pasando por bosques de pinos, hayas  y prados, llegamos al final del circo glaciar donde se encuentra una gran cascada de agua llamada Cola de Caballo, por su similitud con la de ese bello animal.  Este gran salto de agua desciende expandiéndose por un riachuelo que va haciéndose cada vez más grande por los aportes de agua de infinidad de nacientes y fuentes que se suman para desbordarse sonoramente por unas Gradas, llamadas de Soaso, en las que el agua fluye generosa y alegre. Durante todo el recorrido pudimos admirar las espectaculares paredes del valle escavadas por la erosión de un antiguo glaciar. Todo un espectáculo de la naturaleza, verdes praderas, relieves inmenso, agua abundante y generosa, alegre y sonora que llena de emoción al caminante que lo disfruta.

21 de julio de 2018. Ruta por las iglesias del Serrablo

Este día hicimos una ruta por un conjunto de iglesias mozárabes o del primer románico aragonés en la comarca del Serrablo, fechadas entre los siglos X y XI. Estas iglesias se sitúan a lo largo y en paralelo al rio Gállego,  entre Sabiñánigo y Biescas y presentan unas características comunes y una homogeneidad que sorprende.

 Empezamos visitando San Pedro de Lárrade, el ejemplo más representativo de estas iglesias con su ábside semicircular decorado por arcos ciegos, baquetones y ventanas geminadas con sus característicos arcos de herradura en su torre-campanario de influencia musulmana. La segunda que visitamos fue San Juan de Busa, con su puerta en arco de herradura. Allí en medio de un prado, se levanta humilde, solitaria y al mismo tiempo orgullosa. Su peculiaridad son unos relieves en su portada principal con motivos ornamentales vegetales a modo de palmetas que tiene una interpretación astrológica, pudiendo indicar el ciclo de los planetas que entraron en conjunción el día del nacimiento de Cristo. También presenta una particularidad al prolongar su techumbre a dos aguas sobre el ábside, dando un aspecto de nave de barco.  Desde allí nos desplazamos al cruce que lleva a Orós bajo y a Olivan donde descubrimos otros dos joyas de esta ruta, también llamado larredense, por la iglesia de San Pedro de esa localidad, ya mencionada. Se trata de San Martín de Olivan, con su esbelta y alta torre remodelada en el siglo XVI, cuando también se le añadió una segunda nave. Saliendo de allí nos dirigimos a Orós bajo, a visitar la iglesia de Santa Eulalia, precedida por un bello caminito que conduce hasta ella y su pequeño cementerio, donde reposan los restos de los habitantes de este paraje verde, rural, apartado y encantador.

Por último visitamos la ermita de San Bartolomé de Gavín, después de atravesar el túnel de Gavín en dirección a Cotefablo. Entramos por una pista que se adentra entre laderas boscosas. Allí, en medio del monte y ante un prado descubrimos esta hermosa ermita con su soberbia torre en cuya parta alta podemos observar una serie de motivos circulares o rosetas decorativas, coronadas por ventanas geminadas.

Después de este recorrido sorprendente por un paraje rural, poco poblado, verde  y bucólico, nos desplazamos hasta El Sallent del Gállego, a orillas del embalse de Lanuza, y a la sombra de las imponentes cumbres de los Pirineos, ya cerca de la frontera con Francia. En su hermoso embalse de aguas entre azul y verde se reflejan los impresionantes montes que lo bordean, y sus pequeñas casitas de techumbre a dos aguas de pizarra negra, todas iguales y apiñadas en grupos compactos como para protegerse ante la fuerza de la naturaleza.

22 de julio de 2018. Otra ruta impresionante: Desde el Hospital de Benasque al Hospital de Luchón. Se trata de un camino que sube por las estribaciones del Pirineo de Huesca, en el lado español, cruza un desfiladero llamado el paso del Portillón, límite fronterizo entre España y Francia, y discurre bajando por una pendiente abrupta primero y suave después  en territorio francés. Esta ruta la compartimos con un grupo de senderistas de Grau, integrantes de una Centro de Excursionistas de Ribagorza. El camino fue largo pero muy bonito. Este paso fronterizo, puerto helado gran parte del año, se ha usado durante siglos por los habitantes de ambos lados del Pirineo y por él han desfilado mercancías, personas y ejércitos. Al final de la guerra civil española,  con nieve y frio, lo hicieron miles de españoles huyendo del fascismo y de la muerte.

23 de julio. Otra de nuestras visitas sorprendentes fue a Roda de Isábena, pequeño pueblo situado estratégicamente sobre un cerro que domina casi toda la comarca, antiguos dominios de los Condes de Ribagorza, alzándose frente a las montañas, sierras y el rio Isábena. Constituye un enclave histórico de excepción. Sede episcopal del Condado de la Ribagorza desde el siglo X al XII, hoy es un lugar en el que se respira el sabor medieval en cada rincón de sus calles empedradas, pasadizos, casas porticadas y murallas que protegen este excepcional emplazamiento. Pero también destaca lo deshabitado que está, faltando ese espíritu y alegría que sólo da la presencia humana.

Antes de llegar a Roda de Isábena pasamos por Capella donde nos tropezamos con un encantador puente sobre el río Isábena, uno de los muchos puentes medievales de la Ribagorza. Se fecha entre los siglos XII y XIV. Tiene un gran arco de medio punto central y tres más a cada lado, que decrecen en tamaño.  Lo atravesamos pisando sus centenarias piedras, y desde su gran altura observamos  a unos niños jugando en la orilla del rio que el puente atraviesa. Nos llenó de alegría ver aquella algarabía de una infancia feliz que posiblemente ellos nunca olvidarán.

24 de julio. Benasque

Llegada al Albergue Escuela de Montaña de Benasque, en el pueblecito del mismo nombre, dedicado a un turismo de montaña, senderismo, ciclismo y esquí durante el invierno.

Desde este pueblecito de piedra hicimos dos rutas espectaculares.

La primera Fue la ruta Foran de Aiguallut, por la que caminamos hasta el Ibón de Coll de Toro. Ibón es el término con el que los aragoneses llaman a  los lagos de montaña de origen glaciar, situados normalmente por encima de de los 2000 m. de altitud. El hermoso camino verde, generoso en agua, fuentes y árboles, atravesaba un enorme prado, donde habitaban un gran número de vacas, a las que invadimos y que nos recibieron entre distraídas y ajenas a nuestra presencia pero, a su manera, hospitalarias, teniendo en cuenta que pisamos sus prados y su alimento.

25 de julio de 2018. La última caminata de este magnífico viaje fue a otro Ibón, esta vez el de Batissielles y el de Escarpinosa.

26 de julio de 2018. Vuelta a Barcelona para partir a Gran Canaria. Se acaba esta fantástica aventura de la que todos volvemos con ganas de repetir y con todas las experiencias guardadas en nuestra retina y en nuestra memoria.

Seguro por un día