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20. CAMINATA INGENIO – GUAYADEQUE POR EL DRAGUILLO O CUANDO CAMINAMOS (ALGUNOS) CON UNA VENTOLERA DEL CARAJO. 27/02/10.

CAMINATA INGENIO – GUAYADEQUE POR EL DRAGUILLO O CUANDO CAMINAMOS (ALGUNOS) CON UNA VENTOLERA DEL CARAJO.  27/02/10.

 Desde las ocho de la mañana  ( algunos antes) del citado y ventoso día , comienzan a llegar a la churrería Emiliano con la mosca detrás de la oreja,  por la ciclogénesis explosiva   ( una ventolera del carajo)  anunciada,  que todavía daba coletazos,  veintiuno de los veinte +seis que se habían  apuntado  ( ¡ cinco bajas por el aire ¡) , a saber:

 El Ínclito, El Comandante, El Reyrrotondas, Rosa la herreña que no habla, Juan Francisco el guardaespaldas de Rosa, El Experto, El Tecnología punta ( señor de los polvorones , que no hubieron), Sylvestre Staaquí, Samuel( s.c.), Juan el hermano de Sandra, El Raro que no tiene móvil, Luis y Amelia( s.c), Toñi Martina la de los rascacios de tierra, La Domadora, La Salerosa, Dulce carnaval de sorteos, Virtudes muchas, El Emigrante forzoso , Pasos largos , Nacho el pirata y Sandra la hermana de Juan.

A medida que van  llegando , y no  se sabe si por los efectos del chocolate con churros  o porque la ventolera ha amainado  en la City, la mosca va decayendo pensando que la ventolera cogió rumbo a otra parte ( seguro que no al Caribe).

Seguramente por influencias del tiempo,  el grupo estaba ciclogenizado ( ¿ valdrá el palabro?, y si no, ¡qué más da¡) /desinquieto/ agoniado ya que algunos que llegaron apurados de tiempo a la cita , tuvieron que comerse el último churro del desayuno en la guagua, por la prisa que metían para que saliéramos ya.

Llegamos en un pis pas a Ingenio donde nos esperaban tres conocidos ( Los invitados) del Ínclito que querían hacer la caminata con nosotros  y la ventolera,  que estaba muy viva,  nos hizo un buen recibimiento , tanto que según bajamos de la guagua ,  un cartel de esos que dice se  construye un edificio con x viviendas y un local comercial, salió volando y por poco , no cogió a una de los tres caminantes invitados. El hecho nos puso aireados y después de la foto de rigor del aireado grupo en la plaza , comenzamos a caminar por las calles del pueblo .

En un momento determinado,  la ventolera era tan fuerte que tuvimos que pararnos porque si no , seguro que volábamos como si estuviéramos en la pista de Gando  . Y es en la parada cuando el grupo ve volar un ladrillo de barro , que no venía precisamente de Gando ( pero casi si llega a la pista, por la dirección del mismo), y se plantea seguir con la caminata o no,  ante la aireada situación que teníamos planteada  decidiéndose la división del grupo en dos: los/as que no le temen a la ventolera y los/as mosqueados por la misma y que no quieren continuar.

Así,  el grupo se parte por la ventolera y unos/as( los/as mosquedados/as) comandados por el Ínclito deciden volver , llamar a la guagua , plantearse la situación y esperar en mejor sitio a que la ventolera amaine . En este grupo,  hubo bajas definitivas que decidieron volver a la city en la guagua como fueron: los Invitados, Virtudes muchas, Sylvestre Staqui ( que en esta caminata ya no Estuvo aquí), y  los  Aireados/ Ciclogenizados ( Luis y Amelia, que a partir de ahora no estarán s.c.) . El resto de los mosqueados ( El Ínclito, Juan Francisco el guardaespaldas, T.Martina la de los rascacios de tierra y La Domadora)  continúan en la guagua hasta Guayadeque , no sin antes comprar una baraja con la que pensaban utilizar para pasar la espera, cosa que no hicieron, según nos enteramos más tarde.

El grupo que no teme la ventolera, comandado por el Tecnología punta ( que estaba estrenando su GPS) continuó el camino que se pensaba hacer , con algún que otro reparo, ya que el viento arreciaba y aunque estábamos en campo abierto, molestaba bastante  y sobre todo al acercarnos a las líneas de tendido eléctrico le entró a más de uno/a el caguelo , por si acaso una de las mismas no resistía y nos freía.

Pasadas las líneas y por tanto el caguelo , el camino continuó pasando por el pozo ( en el que no hubo parada), la Caldereta donde nos imaginamos que se podía hacer fácilmente un estadio olímpico y continuando,  llegamos al barranco del Draguillo, momento en el que el viento amainó. El cauce del barranco nos saludó con un tupido tapiz de flores amarillas que nos alegraron la vista,  llegando a la primera parada para reanimarnos al lugar de los Naranjos en el que El emigrante forzoso se empeñó en degustar las naranjas de licor a las que no llegaba , de cualquier forma  incluso lanzando proyectiles  ¡ fuerte chiquillo ruin ¡, y el Comandante aprovechó para mandarse uno de los varios emparedados que se manda en cualquier caminata y que según él , son los que no se toma en el desayuno los días de trabajo ( parece que está muy ajetreado y no tiene tiempo )

Continuamos a partir de los Naranjos, por el cauce lavado del barranco entre piedras , charcos y vegetación disfrutando del día y de la ausencia de la ventolera hasta llegar al pozo de los Nísperos, en el que uno muy grande estaba cargado de fruta madura y la mayor parte del grupo se puso a degustar los nísperos apenas sin hablar , sólo cogiéndolos del árbol que es como mejor saben , ya que los que vemos en las tiendas  no saben lo mismo ( ¡ cosas de niños ¡).

Empachados de nísperos ( unos/as más que otros/as) continuamos el ascenso por el barranco hasta llegar a la casa de los López, que está casi en la parte más alta del mismo, en la que paramos para mojar el gaznate , para que el Comandante siga con los emparedados pendientes de la semana , para disfrutar de la vista que se ve del barranco y para que  los carrrancios ( rascacios según T. Martina) suban por las piernas de algunos/as , lo cual hizo que las pusiéramos en polvorosa lejos del lugar.

Azuzados por los carrancios dejamos el lugar y continuamos hacia la Pasadilla con buen ánimo pues el camino estaba bastante bien y la temperatura ayudaba,  a pesar de  que el sol estaba fuera ( ¡no se lo había llevado la ventolera¡), llegando a unos llanos desde los que se disfruta de la vista de buena parte de la costa este de la isla y como el grupo se había partido en varios cachos ( ¡ cosas de las subidas¡) algunos/as no se percataron de las mismas. Finalmente llegamos a la Pasadilla  donde,  cosas de la ventolera, una parte del grupo que venía huyendo de los “rascacios” se topó con el resto del grupo que se mosqueó con la ventolera, lógicamente en un bareto ( el único) que hay en dicho lugar ( ¡ cosas del grupo gastronómico que camina¡).

Otra parte del grupo  que no le teme a la ventolera , que venía más rezagado, recaló en el bareto/tienda de aceite y vinagre  que está en el lugar y en la que te puedes encontrar desde una escudilla , de esas con flores pintadas y bordes dorados, hasta unas sandalias kalamar , de esas que se usan para ir a mariscar ( ¿ dónde se podrá mariscar por estos lares?). Allí nos mandamos un par de botellines fresquitos con un queso de la zona, según nos dijo el tendero, que estaba algo ácido  pero que al segundo cacho que nos  mandamos desapareció el sabor ( ¡ es que somos buenos de boca¡).

El tendero nos dijo que ya habían estado la otra parte del grupo ( los mosqueados) que habían decidido ,al desaparecer la ventolera, no quedarse quieto en Guayadeque  y subir hasta la Pasadilla para encontrarnos .

Al reunirnos nos enteramos que subieron por la ladera del barranco, encontrando “ rascacios” , que tuvieron tiempo de echarse una siesta en la hierba , que la subida era muy bonita  y que la mayor parte del grupo de los mosqueados no sabía exactamente el camino,  como pudimos  comprobar a la bajada ( ¡ gracias que estaba el Ínclito con el GPS¡).

Dejamos la Pasadilla y nos encaminamos hacia el potaje de berros  por un sendero que , al comienzo estaba perfectamente indicado y que en su primera parte era muy cómodo y claro y que transcurría por unos llanos cubiertos de hierba , que daban gloria de verlos  y en los que a más de una cabra le hubiera dado un subidón .

Es por en medio de los llanos,  cuando nos percatamos que parte del grupo de los mosqueados  no de fijó en el que camino que hicieron a la subida , ya que en un desvío tiraron hacia arriba hacia el pico del Mojón y por poco no llegan a la caldera de los Marteles  ( no fue  para tanto).

En la bajada ,el grupo se rompe en varios cachos ( ¡ cosas de las fotos y del palique¡) de forma que el grupo escoba queda conformado por Rosa la herreña que no habla, Juan Francisco el guardaespaldas, el Rey Rotondas ( el guardaespaldas dos) y el Raro que no tiene móvil ( el guardaespaldas tres)  y que para no variar, Rosa no habla, aunque es verdad , esta vez no ocurrió como en la caminata a Moya , en la que estaban tan embebidos por la conversación de La que no habla, que se perdieron y dejaron de ver al Raro que no tiene móvil , que iba de guía (¡ sin GPS¡)  del grupo escoba.

Lo del grupo escoba fue gracioso puesto que el camino ,que no era conocido por ninguno de los componentes del mismo , se complica y se pierde y había que prestar mucha atención , pues perdimos la referencia del grupo que iba delante  y todos creían que el Raro que no tiene móvil lo conocía ( lo cual no era así) pero a pesar de lo reflejado dimos con el camino que más de una vez desapareció por entre las piedras y los matos.

Se bajó a buen ritmo, y la verdad, cuando vimos lo empinado que era , más de uno pensó  que lo de subirlo no estaba tan claro , como así lo habían hecho los mosqueados. Casi al final de la bajada, poco antes de llegar al barranco, vimos que detrás de una pared de callaos salía humo y Rosa la que no habla ,  se acerca a husmear. El husmeo duró poco ya que  en seguida volvió algo cortada y nos dijo que se había topado con un señor mayor tendido en una cama , que no supo si estaba despierto o no  , pero que el citado señor estaba bien acompañado por una señorita de buen ver , que estaba en cueros y colgada en una hoja del almanaque ( seguro de esos que se veían en las carpinterías, zapaterías y otros talleres sólo frecuentados por hombres , o sea personal del género masculino , por si acaso).

Y así llegamos al barranco en el que tratamos de buscar el camino siguiendo la acequia que lleva agua continuamente y que rodeada de cañas por todos lados ,hace que sea bastante dificultoso el seguir el camino. Después de varios mosqueos por parte de La que no habla acerca de la validez del camino que estábamos siguiendo, se decidió llegar al bareto/cueva de En medio por la carretera disfrutando de los coches y de las rayas , que adornaban la carretera ( ¡  no sean malpensados¡).

En el bareto/cueva de En medio ya se había aposentado el resto del grupo y el grupo escoba hizo lo mismo, donde pudo , pero eso sí, pidiendo una cerveza fresquita como fuera, hasta por señas. La comida  discurrió alegremente saboreando el pan amarillo que pusieron, así como el potaje de berros , que como siempre , no agradó al Comandante ( ¿ cuándo encontrará un potaje de berros que le guste?). La carne de cochino  ( puerco/jalufo/chancho/cerdo/…. ,¡ vaya cantidad de nombres que tienen los marranos¡) fue comida por la mayoría del grupo , reponiendo así el colesterol perdido , como así manda uno de los mandamientos del “ grupo gastronómico que camina”.

En tiempo y forma después de los correspondientes postres, cafenes y algún que otro licor, salimos hacia la city. Como quiera que era temprano ( para nosotros ) la gran mayoría nos vimos en las mesas de redacción del tumbo , sitas en el parque de San Telmo, disfrutando de las anécdotas, chistes , comentarios y demás  ocurrencias de los/as redactores/as improvisados reflejándose algunas en esta aireada crónica.

Así nos enteramos  de que uno/a de los caminantes tuvo un noviazgo de ocho horas ( ¡ vaya rapidez ¡) y que lo hizo para huir de Lanzarote, porque tanta agua salada le daba grima; o que otro/a componente ( no pongo componenta porque está bastante feo ) arregló su boda en tres horas ( ¡ vaya superrapidez ¡ ) y con gente como esa, los que hacen reportajes de bodas,  los que tienen en su local las listas de boda , los que organizan lunas de miel y toda la parafernalia asociada ,estarían al paro (  no sigan su ejemplo,  que ya tenemos bastante gente al paro, por favor). Además de  terminar de  enterarnos de un sistema de financiación , el pasanaku ( espero haberlo escrito bien) con el que los Bancos “no tocarían bola” y que a lo mejor , con los tiempos que corren , sería interesante ponerlo en marcha.

 Y colorín  colorado, por fin , se llega a la conclusión de esta crónica, que se ha visto retrasada porque , entre otras cosas, la ventolera se llevó la poca inspiración literaria.

Seguro por un día